20/8/08

La RDA era la mala (polémicas olimpicas 2)

Creo que a los seis años el simplismo geopolítico se define gracias al deporte.
Ejemplo: Cuando recién superaba el lustro de vida habían dos Alemanias, pero ¿Cómo distinguirlas sin saber que era el capitalismo o el comunismo? Ni Guerra Fría, ni II Guerra Mundial, ni muro de Berlín… Sencillo: la Alemania Occidental (RFA) era la buena, pues había ganado dos mundiales de fútbol y tenía a varios de los mejores jugadores de Europa, y la Alemania Oriental (RDA) era escuetamente la mala, ya que tenía escasa figuración futbolera en el orbe.
Seguramente aquella dicotomía estaba fehacientemente influida por el contexto chileno, pues esa era la visión “oficial” que se tenía de la Germania dividida. La RDA, receptora de innumerables exiliados chilenos, era enemiga del Régimen de Pinochet.
Dicho lo anterior, cabe subrayar que a los JJ.OO. de Seúl 1988 –desarrollados cuando tenía seis años- no los seguí con la intensidad que hubiera deseado debido, quizás, por la hora de las transmisiones (madrugada). Sólo poseo recuerdos de algunas postales de aquella cita, pero no retengo en mi memoria visual la plata de Alfonso De Iruarrizaga en tiro al vuelo, por ejemplo.
Es por esto que aquella simple comparación de las alemanias antes descrita no se vio modificada por la cantidad de oros que la RDA consiguió en Seúl (37), bastantes más que los 7 que obtuvo la RFA. Si me hubiera enterado de eso en aquel momento se hubiera producido una entropía más allá del deporte que los años no habrían sanado. “¿Deportivamente la buena es la mala, es mala y mala para el fútbol? ¿Y la buena resulta que no es tan buena, pero es la buena en fútbol y en lo demás?”. La caída del muro un año después impidió que en Barcelona ’92 aquel postergado debate mental se hubiera producido.

Los casos
Se pensaba que una vez unida Alemania sería potencia en todo orden de cosas y más aún en deportes. Si bien en términos económicos lo es –a pesar que las modificaciones en las estructuras económicas de la RDA hayan llevado a la pobreza capitalista a miles de habitantes de la zona del Este- y aunque las instituciones del Siglo XXI imposibiliten un desarrollo militar de envergadura para la antigua Prusia; en lo estrictamente deportivo Alemania no ha dado el gran salto que se presuponía.
En Seúl, Alemania hubiera ganado 44 medallas de oro, en Barcelona, ya unida, sólo consiguió 33. En Atlanta no llegó a los 20 y en Sydney y Atenas el número fue bastante menor: 14.
Muy por el contrario, una vez caído el muro y deshilachadas las vendas de la prensa comunista (o cambiadas por unas más pequeñas, pero igualmente entorpecedoras), estallaron los innumerables casos de dopajes en deportistas orientales, lo que demostró que casi la mitad de los logros de la RDA era frutos de los anabólicos u otras drogas.

Hubo situaciones que han llegado a ser tristemente patéticas, como el caso de Heidi Krüger (en la foto), ahora Andreas Kruger. Quien fuese una de las mejores lanzadoras de bala y disco en la Europa de los ’80, y dos veces campeona continental juvenil, ha tenido que someterse a operaciones para cambiarse de sexo ¿La razón? La cantidad de hormonas masculinas que su entrenador le suministró para lograr un progreso físico inigualable. Andreas demandó a su ex entrenador el año pasado.
Se sitúa en un número cercano a 10 mil los atletas que recibieron algún tipo de dopaje, siendo el Oral Turinabol –hormona para el crecimiento producida por la empresa farmacéutica Jenapharm en Dresden- uno de los más usados y controvertidos. Y es que hay otros casos: la nadadora Christiane Knacke-Sommer, tiró su medalla de bronce en los JJ.OO. de Moscú en medio del juicio por dopaje a doctores de la RDA. “Los médicos han destrozado mi cuerpo y mi mente”, gritaba mientras su presea iba a dar al suelo. Rica Reinisch, tricampeona olímpica de natación, tuvo que operarse de varios tumores en los ovarios a causa de la testosterona, mientras otras quedaron infértiles. Hubo levantadoras de peso a quienes les amputaron sus pechos y mujeres a quienes se les provocaba embarazos –y luego abortos- para aprovechar las primeras semanas de gestación, cuando el rendimiento físico aumenta.

¿Qué se buscaba con todo esto?
Alemania del Este llegó a situarse como la décima potencia industrial a principios de los ’70. La crisis del petróleo de esa década menoscabó ese logro y la única economía socialista con una industria propia y desarrollada comenzó a decaer. Cabe destacar que sólo en 1968 la otra Alemania reconoció la existencia de RDA gracias a las oestpolitik del canciller federal Willy Brand… Todo esto empujó a un carrera fundamental para demostrar –y demostrarse- cual de los dos modelos de alemanias era mejor. El mismo esquema entre URSS y EE.UU. llevado a cabo en límites identitarios e íntimos.
Alemania del Este lo estaba logrando en el apartado deportivo. Parecía ser la vía mientras su economía desaparecía, la Stasi campeaba por Berlín y los ciudadanos intentaban cruzar desesperados el Muro; más la unificación permitió saber la verdad, verdad que en EE.UU. se investigó sólo 10 años después.
Y es que éste análisis va más encaminado en apuntar lo costoso que ha sido para Alemania volver a tener un equipo olímpico de envergadura y al sistemático empleo del doping para lograr objetivos nacionales, ya que si nos ponemos a rebuscar entre los atletas de los ’80 quizás sólo encontremos trampas.

Aún hay cinco récords mundiales vigentes logrados en los '80 por atletas de la RDA:
Ulf Timmermann en lanzamiento de la bala masculino (22,47), Ilona Slupianek en lanzamiento de la bala femenino (22,41), Martina Hellmann en lanzamiento del disco femenino (72,30), el equipo de relevos femenino de 4 x 400 (foto) y Heide Friedrich en los 200 metros libres de natación.

14/8/08

Pólemicas olímpicas 1

Lo bueno, bonito y barato de los Juegos Olímpicos es que todo el mundo puede opinar de ellos sin saber nada de deportes. Y no me refiero al ciudadano promedio, que opina de todo sin saber casi de nada, sino de algunas voces, avezadas en espinados temas, que se sienten en la obligación de enlazar tendencias económicas y/o geopolíticas a lo que ahora está sucediendo en China. Aunque puede ser que todo relacionado.Cada JJ.OO. trae consigo la semilla de la polémica y en algunos post anteriores de éste humilde medio traté de ello. En Beijing esos “temas” saltan como garrapatas a las rotativas: un atentado en el norte de China, una protesta pro-Tibet, la niña que cantó en la ceremonia inaugural no era niña o algo por el estilo…
Sin embargo, en este verano boreal la rápida y violenta Guerra del Caucaso ensombreció esas polémicas, ya que quienes suelen dar con ellas estaban ocupados de un asunto de verdad. Un asunto que involucró al menos 2000 muertos, un desplazamiento militar sin precedentes desde la Guerra Fría, un presidente -Mijaíl Saakashvili (en la foto)- que quiso emular a Leopoldo Fortunato Galtieri con Las Malvinas y una nación, Rusia, que esperaba éste momento quizás desde agosto de 1991.
Una vez acabados los enfrentamientos, gracias a la mediación de Nicolás Sarkozy, germinaron los primeros dimes y diretes y el azar quiso que España fuese uno de los involucrados.

Ojo con los ojos
La selección de baloncesto ibérica acepto posar en una sesión fotográfica modificando su visaje rasgando sus ojos con los dedos, simulando ser orientales. Una perfomance bastante imbécil, inocua, tonta, que generó ronchas en los medios de países los anglosajones, quienes acusaron a España, una vez más de ser racista, recordándole los dichos de Luís Aragonés a Fernando Torres en noviembre de 2004 (cuando le decía que “era más que ese negro de mierda” refiriéndose a Thiery Henry) y los insultos de algunos hinchas a Lewis Hamilton en el circuito de Valencia de Formula 1… Incluso se aventuraron a decir que ese tipo de eventos podía afectar la candidatura de Madrid para los JJ.OO. el 2016.
España se sintió tocada. Los BLOG de destacados opinadores de Marca y As defendieron la mentada foto de manera patética y nerviosa, burlándose además del fanatismo “progre” de The New York Times o The Guardian, por citar algunos.
Olvidan, quienes esgrimieron la defensa española, que los antecedentes de racismo deportivo a los cuales se refirieron los periódicos de habla inglesa obviaron otros hechos de igual o peor magnitud. Los gritos contra el camerunés Samuel Eto’o en La Romareda de Zaragoza hace dos años, por ejemplo. O sin ir más lejos, los gritos del entrenador del equipo Sub-20 del Espanyol de Barcelona contra el combinado nacional de Chile hace apenas dos semanas.
Si a eso le sumamos videos que muestran golpizas contra inmigrantes sudamericanos o vejamenes contra ciudadanas de Europa oriental (efectuados por la propia policía), la ecuación de la cual irónicamente habla Santiago Siguero en su blog del diario Marca si que es plausible.
España no es un país xenófobo por que los jugadores de baloncestos poses en una mofa de foto. España en general no es un país racista, es más, ha vivido el desprecio europeo con igual intensidad que ellos al despreciado al latinoamericano. Y no es que sea una situación de igualdad, sino que demuestra que en España se sabe lo que es emigrar. Pero tienen los españoles en estos momentos un tejado de vidrio enorme, una hoja de vida manchada, antecedentes por montones. Si quiere los JJ.OO. si que debería preocuparse, pensar dos veces antes de hacer tonterías y recordar que ya tiene un frente abierto enorme referido a los dopings de EPO en ciclismo como para abrir otro.

9/8/08

Olimpicos de Londres

Nunca iré a Pekín o Beijing. Quizás sí, nunca se sabe. Lo claro es que nunca iré a Pekín cuando se desarrollen unos JJ.OO. en esa ciudad y el mundo entero esté al corriente de lo que acontece en la capital del Estado comunista y dictatorial al que se suele denominar China. Con inauguración pletórica y colosal incluida. Grandilocuente e histórica para más señas. En resumen CHINA. En resumen los JJ.OO. más polémicos desde Los Ángeles 1984 y el boicot soviético.Si me toca ir a China en el futuro los actuales JJ.OO. se conjugarán en pretérito y sólo visitaré al venidero imperio imperante. Lo que no es poco.

Pasado de Londres
La semana pasada fui a Londres, capital del Reino Unido, la antigua mega-metrópoli que dominó el planeta hace 70 años y que mantiene, y siempre mantendrá, el aura de ser una de las aglomeraciones urbanas –URBES- más atrayentes de la Tierra. Londres fue designada hace tres años como sede de los próximos JJ.OO. que se realizarán el 2012, los siguientes después de los que actualmente se disputan en Asia.
Me enfrenté, entonces, a un desfase de cuatro años que me impidió saborear el clima que vive una ciudad cuando está engalanada olímpicamente. Cuando el foco de atención mediático estaba en las antípodas de Londres yo estaba ahí… una ciudad siempre noticiosa, que duda cabe, pero que en cuatro años más se tornará insoportablemente requerida y, porque no decirlo, aún más vanidosa.
Quería hablar de eso, de Londres, e incluso tenía proyectado el título de este post (“London Calling”, en alusión a la canción de The Clash y a lo mucho que me impactó sentir en cada recoveco de la ciudad lo que los londinenses se esmeran en subrayar, considerando que la mayoría de las cosas en Londres no necesitan destacador: me refiero a los bombardeos de la Luftwaffe en la II Guerra Mundial)…

Figueroa
Franz Bekenbauer, el glorioso central alemán, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol y posteriormente entrenador y directivo, suele decir que “para ser el mejor hay que nacer en el país correcto”. Ya lo sabe bien Elías Figueroa, mejor defensa de la historia en América, quizás mejor que el teutón, muchas veces seducido por Brasil para nacionalizarse y jugar en la selección canarinha siempre carente de zagueros. De haberlo hecho su estatus sería otro, sería recordado de otra manera en el mundo deportivo, más allá de ser mi carta de presentación cuando en Dublín me topo con un brasileño de Porto Alegre…
“You’re Chilean… Ou Figueroa is the very best defence that played in Inter”
“Oh, yes. I known, I remember the Leith goal
…”
Bueno, el tema no es Figueroa, recordé su caso para detallar lo anteriormente descrito: a veces, para visitar una ciudad, hay que tener la suerte de ir en el momento correcto. Ya no es sólo ir, que es valedero, sino estar “ahí” cuando la historia llama. Algo difícil, no lo dudo, pero ahora la historia está completamente instalada en la Villa Olímpica de Pekín. (Y en Osetia del Sur donde Georgia y Rusia guerrean a la antigua usanza… pero esa es otro cuento).

Proyectar
Los JJ.OO. siempre han sido y siempre serán una manera de mostrarse al mundo o de exponerse y China está usando ese apéndice como nunca. Londres también lo hará en cuatro años más, pero a diferencia de la República Popular, la exposición de ésta –de la mano más bien de una confirmación- radica en la ciudad en sí y no en la Nación, el Estado, el Imperio. Sudáfrica, en el próximo mundial también querrá mostrar su “ejemplar” transición, por ejemplo…
Lo llamativo es que los JJ.OO de China, si resultan bien (incluyendo el triunfo asiático en el medallero), será una paletada más al binomio anglosajón que a conducido la política mundial hace dos siglos. Por ello, apuesto lo que no tengo a que el mensaje que los organizadores de los JJ.OO. de Londres querrán dar al mundo el 2012 no rondará en la identidad como Nación poderosa, otrora dueña del mundo. No. La proyección girará en torno a la diversidad, a la multicultura o al cosmopolitismo de la City, pues en rigor el Reino Unido ya se conocer y está presente en cada país con mayor o menor intensidad. Londres otro tanto y a diferencia de China o Sudáfrica, lo que una megaurbe postmoderna y postimperial puede ofrecer es eso: galimatías lingüísticos en el metro, cocina de 200 países, desarrollo, capitalismo. Y un cementerio de elefantes de lo que ya fue.