9/8/08

Olimpicos de Londres

Nunca iré a Pekín o Beijing. Quizás sí, nunca se sabe. Lo claro es que nunca iré a Pekín cuando se desarrollen unos JJ.OO. en esa ciudad y el mundo entero esté al corriente de lo que acontece en la capital del Estado comunista y dictatorial al que se suele denominar China. Con inauguración pletórica y colosal incluida. Grandilocuente e histórica para más señas. En resumen CHINA. En resumen los JJ.OO. más polémicos desde Los Ángeles 1984 y el boicot soviético.Si me toca ir a China en el futuro los actuales JJ.OO. se conjugarán en pretérito y sólo visitaré al venidero imperio imperante. Lo que no es poco.

Pasado de Londres
La semana pasada fui a Londres, capital del Reino Unido, la antigua mega-metrópoli que dominó el planeta hace 70 años y que mantiene, y siempre mantendrá, el aura de ser una de las aglomeraciones urbanas –URBES- más atrayentes de la Tierra. Londres fue designada hace tres años como sede de los próximos JJ.OO. que se realizarán el 2012, los siguientes después de los que actualmente se disputan en Asia.
Me enfrenté, entonces, a un desfase de cuatro años que me impidió saborear el clima que vive una ciudad cuando está engalanada olímpicamente. Cuando el foco de atención mediático estaba en las antípodas de Londres yo estaba ahí… una ciudad siempre noticiosa, que duda cabe, pero que en cuatro años más se tornará insoportablemente requerida y, porque no decirlo, aún más vanidosa.
Quería hablar de eso, de Londres, e incluso tenía proyectado el título de este post (“London Calling”, en alusión a la canción de The Clash y a lo mucho que me impactó sentir en cada recoveco de la ciudad lo que los londinenses se esmeran en subrayar, considerando que la mayoría de las cosas en Londres no necesitan destacador: me refiero a los bombardeos de la Luftwaffe en la II Guerra Mundial)…

Figueroa
Franz Bekenbauer, el glorioso central alemán, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol y posteriormente entrenador y directivo, suele decir que “para ser el mejor hay que nacer en el país correcto”. Ya lo sabe bien Elías Figueroa, mejor defensa de la historia en América, quizás mejor que el teutón, muchas veces seducido por Brasil para nacionalizarse y jugar en la selección canarinha siempre carente de zagueros. De haberlo hecho su estatus sería otro, sería recordado de otra manera en el mundo deportivo, más allá de ser mi carta de presentación cuando en Dublín me topo con un brasileño de Porto Alegre…
“You’re Chilean… Ou Figueroa is the very best defence that played in Inter”
“Oh, yes. I known, I remember the Leith goal
…”
Bueno, el tema no es Figueroa, recordé su caso para detallar lo anteriormente descrito: a veces, para visitar una ciudad, hay que tener la suerte de ir en el momento correcto. Ya no es sólo ir, que es valedero, sino estar “ahí” cuando la historia llama. Algo difícil, no lo dudo, pero ahora la historia está completamente instalada en la Villa Olímpica de Pekín. (Y en Osetia del Sur donde Georgia y Rusia guerrean a la antigua usanza… pero esa es otro cuento).

Proyectar
Los JJ.OO. siempre han sido y siempre serán una manera de mostrarse al mundo o de exponerse y China está usando ese apéndice como nunca. Londres también lo hará en cuatro años más, pero a diferencia de la República Popular, la exposición de ésta –de la mano más bien de una confirmación- radica en la ciudad en sí y no en la Nación, el Estado, el Imperio. Sudáfrica, en el próximo mundial también querrá mostrar su “ejemplar” transición, por ejemplo…
Lo llamativo es que los JJ.OO de China, si resultan bien (incluyendo el triunfo asiático en el medallero), será una paletada más al binomio anglosajón que a conducido la política mundial hace dos siglos. Por ello, apuesto lo que no tengo a que el mensaje que los organizadores de los JJ.OO. de Londres querrán dar al mundo el 2012 no rondará en la identidad como Nación poderosa, otrora dueña del mundo. No. La proyección girará en torno a la diversidad, a la multicultura o al cosmopolitismo de la City, pues en rigor el Reino Unido ya se conocer y está presente en cada país con mayor o menor intensidad. Londres otro tanto y a diferencia de China o Sudáfrica, lo que una megaurbe postmoderna y postimperial puede ofrecer es eso: galimatías lingüísticos en el metro, cocina de 200 países, desarrollo, capitalismo. Y un cementerio de elefantes de lo que ya fue.

1 comentario:

  1. Mi hijo el viajero!!!!!!!!!!
    Quién sabe a lo mejor el 2012 estas como enviado especial en Londres. Ja;JA;... No lo creo imposible

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