La semana pasada fui a Londres, capital del Reino Unido, la antigua mega-metrópoli que dominó el planeta hace 70 años y que mantiene, y siempre mantendrá, el aura de ser una de las aglomeraciones urbanas –URBES- más atrayentes de
Me enfrenté, entonces, a un desfase de cuatro años que me impidió saborear el clima que vive una ciudad cuando está engalanada olímpicamente. Cuando el foco de atención mediático estaba en las antípodas de Londres yo estaba ahí… una ciudad siempre noticiosa, que duda cabe, pero que en cuatro años más se tornará insoportablemente requerida y, porque no decirlo, aún más vanidosa.
Quería hablar de eso, de Londres, e incluso tenía proyectado el título de este post (“London Calling”, en alusión a la canción de The Clash y a lo mucho que me impactó sentir en cada recoveco de la ciudad lo que los londinenses se esmeran en subrayar, considerando que la mayoría de las cosas en Londres no necesitan destacador: me refiero a los bombardeos de
Franz Bekenbauer, el glorioso central alemán, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol y posteriormente entrenador y directivo, suele decir que “para ser el mejor hay que nacer en el país correcto”. Ya lo sabe bien Elías Figueroa, mejor defensa de la historia en América, quizás mejor que el teutón, muchas veces seducido por Brasil para nacionalizarse y jugar en la selección canarinha siempre carente de zagueros. De haberlo hecho su estatus sería otro, sería recordado de otra manera en el mundo deportivo, más allá de ser mi carta de presentación cuando en Dublín me topo con un brasileño de Porto Alegre…
“You’re Chilean… Ou Figueroa is the very best defence that played in Inter”
“Oh, yes. I known, I remember the
Bueno, el tema no es Figueroa, recordé su caso para detallar lo anteriormente descrito: a veces, para visitar una ciudad, hay que tener la suerte de ir en el momento correcto. Ya no es sólo ir, que es valedero, sino estar “ahí” cuando la historia llama. Algo difícil, no lo dudo, pero ahora la historia está completamente instalada en
Los JJ.OO. siempre han sido y siempre serán una manera de mostrarse al mundo o de exponerse y China está usando ese apéndice como nunca. Londres también lo hará en cuatro años más, pero a diferencia de
Lo llamativo es que los JJ.OO de China, si resultan bien (incluyendo el triunfo asiático en el medallero), será una paletada más al binomio anglosajón que a conducido la política mundial hace dos siglos. Por ello, apuesto lo que no tengo a que el mensaje que los organizadores de los JJ.OO. de Londres querrán dar al mundo el 2012 no rondará en la identidad como Nación poderosa, otrora dueña del mundo. No. La proyección girará en torno a la diversidad, a la multicultura o al cosmopolitismo de
Mi hijo el viajero!!!!!!!!!!
ResponderEliminarQuién sabe a lo mejor el 2012 estas como enviado especial en Londres. Ja;JA;... No lo creo imposible