14/10/07

La decadencia de un imperio llamado EE.UU.

El debate en “América” como suelen decir los españoles ya está instalado y el madrileño diario El País, cuando escasean las noticias internacionales, editorializa con el tema que algunos consideran tempranero, otros antojadizos y otros necesario: Estados Unidos, el imperio imperante, está entrando en su decadencia y en menos de 150 años será otro (¿China?) el estamento político –Estado y /o nación- que bien o mal dicte las pautas para la globalizada comunidad internacional.
Sin embargo, no es mi intención hablar sobre el fin de la menguada pax americana, sino subrayar que en definitiva y para los ojos de otros siglos venideros EE.UU. no es más que otro imperio dominador, con símbolos diferentes, con un sistema político diferente, pero con objetivos más bien parecidos a los que aspiraban anteriormente un sultán otomano, un zar ruso, un emperador romano o incluso Ghegis Kan (¿el Preste Juan?). Paradójicamente, y pesar de la globalización, ni siquiera pasará a la historia por ser el primer imperio totalitario, a pesar de que sus símbolos (Coca Cola) estén en casi todos los países del globo, pues la antigua Roma gobernó todo lo que hasta ese instante era el mundo: el mar mediterráneo.
Justamente comparándolo con Roma, podemos decir que ambos sistemas eran, o son, sumamente tolerantes en variados aspectos. Religión, por ejemplo. Lo único que exigía Roma forzosamente era pleitesía para el Cesar. Lo único que exige Estados Unidos es la adopción de la democracia, a la fuerza también y en es punto podemos decir que la gran diferencia entre los imperios pasados y los posmodernos (capitalismo y comunismo) era que estos no buscaban abarcar sino convencer. Si bien Roma exigía un impuesto para mantener a las legiones, EE.UU. exige un libre mercado con todas las ganancias que eso implica.
Incluso más... si se le pregunta a la gente corriente por el nombre de un emperador romano seguro dirá Julio Cesar, el primero y más famoso de los emperadores romanos por dominar las galias, cruzar el Rubicom y ser asesinado por cinco senadores cercanos entre ellos Bruto (“Tu también hijo mío”). Uno que otro nombrará a Augusto, los menos a Nerón, Calígula, Tiberio y Claudio, que fueron los inmediatos sucesores de Julio Cesar, pero nadie recuerda a Trajano, Carracalla, Marco Aurelio o Constantino emperadores responsable del esplendor romano...
¿Qué quiere decir esto?, puede que los ciudadanos de a pie del siglo XXVI, si las campanadas de Al Gore no son ciertas y el planeta no fenece antes, no recuerden el nombre de los próximos presidentes de Estados Unidos, pero si los que construyeron el imperio americano: Delano Roosevelt, Eisenhawer, Wilson, también Kennedy y también Nixon y aunque suene asqueroso también los Bush. Analizaran los historiadores del siglo XXVI la democracia como ahora se investiga la organización administrativa de las provincias romanas. Cuesta, pero a veces hay que ver las cosas con perspectiva. Y la perspectiva nos dice que nada es eterno ni permanente. Me atrevo a afirmar que dentro de 20 años el mapa de Europa no será igual al actual, nacerá un nuevo estado en Sudamérica y de Rusia puede que aparezco otro también.

Ciudades imperiales
Un síntoma de posible declive de Estados Unidos lo vemos en el fenómeno de la inmigración. Durante el XIX y parte del XX América recibió millones de inmigrantes que han nutrido a la nación. Hasta hace poco su esencia se basaba en eso. Con Bush y el 11-S las cosas han cambiado y se le ha puesto coto a ese choque cultural tan propio de los imperios...
Hoy es Europa la cuna imperial que recepciona inmigrantes. Tal como la antigua Roma o Constantinopla, hay mega ciudades imperiales que son la fuente del progreso, la vanguardia cultural, económica y social del mundo, digna de imitar o vivir. Londres, Paris, Amsterdam, Zurich, Madrid, Berlín son el anhelo de millones de chinos, turcos, bolivianos, peruanos, bosnios, pakistaníes, ucranianos, georgianos, chilenos, argentinos, senegaleses, marroquíes, ecuatorianos,
rumanos, macedonios y un largo etc. Estás ciudades han reemplazado a las de EE.UU. que continúa siendo la atracción de mexicanos y centroamericanos.
En definitiva EE.UU., como continuador imperial de Europa, ha formado un imperio con nuevos accesorios, pero con la misma intencionalidad que los de otras épocas lo que no es un hecho negativo, más bien natural en la cíclica historia.
No hay que dejarse vislumbrar por los enormes avances tecnológicos de los últimos siglos para pensar que lo hoy existe será permanente. El primer y más dramático choque cultural, donde el intercambia de identidad y social llegó a extremos nunca vistos en la humanidad no fue gracias al MSN, facebook o los BLOG sino a las cruzadas. Más revolucionario, traumático e integrador que internet fue el ferrocarril, 150 años antes...Estados Unidos próximamente caerá y la cuestión es saber si el próximo ente ordenador también usará la democracia como sistema político o se inculcará otro....

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