20/10/07

Informadores y herramientas de internet

Varios factores me han llevado a sucumbir ante las herramientas del Internet global. Antes, en Chile, el pudor y la abulia me impidieron estructurar un BLOG, por ejemplo. Ahora ya han pasado cuatro meses desde que tengo este y he publicado más de 20 entradas a pesar de que aún no tengo muy claro porque lo hago. ¿Objetivo o satisfacción? No lo sé. Ambas quizás, pues en rigor, son cosas distintas.
Trasmitir ideas o vivencias puede ser un objetivo.
Escribir regularmente puede llegar a ser una satisfacción.
En su trasfondo el BLOG logra que los sucesos que me ocurren, y que seguramente en Chile se los hubiese contado a un Cucurullo o a un Felipe Pérez -logrando sus risas o su indeferencia- tengan un germen de novedad, tal vez porque vivo en un país que no es el mío. No es que no tenga a quien contarle lo que pienso o me sucede, pero la distancia me da la excusa de publicarlo abiertamente aunque tampoco tengo del todo claro quien lee mi BLOG ni mucho menos que piensan al leerlo.
¡¡¡Cuatro meses y por fin aparece un aforismo en mi BLOG!!! Helo aquí: “La distancia reduce el pudor”.
Sin embargo, asumo que me he autocensurado y muchas de mis vivencias y pensamientos están reservados para algún libro que escribiré algún día en alguna vida. Pero no es una disculpa y así reza la frase de mi amigo Milan Kundera que se antepone a la foto de Belgrado en llamas.
Toda esta reflexión no es causal, es más bien constante, pero ahora surge con más fuerza porque hace unos días me he unido a un mundo paralelo llamado Facebook.

Blog versús Facebook
Lo de publicar fotos propias no es mi especialidad, nunca haría un fotolog por ejemplo, aún cuando en Chile se está tornando un rasgo identitario tenerlo. Pero me empezaron a llegar invitaciones de amigos y conocidos para unirme a este escenario de la globalidad-modernidad outsider aún del monopolio GOOGLIANO (hasta que los dólares digan lo contrario), y el sábado pasado empecé con eso del facebook sin mucho apuro.
Aún es precario. Tengo pocos contactos y no he puesto ninguna carpeta con fotos, no creo que publique fotos personales, quizás paisajes… Los que lean esto y hayan visitado mi facebook me reprocharán que la foto de cabecera que tengo sea una precisamente mía, aun cuando puedo poner la foto de Belgrado en llamas que tanto cariño le tengo, o la de un mapa, siempre tan recurrentes en mi BLOG… Merezco el reproche.
Sin embargo, todo lo que el BLOG me da para mantenerme ciertamente conectado con Chile y mis amigos del mundo, Facebook me lo está quitando. Suena paradójico, pero, al igual que pasó con irrupción del móvil, Facebook es un enemigo de la casualidad, del azar.

Los preglobales ‘90
Antes, para quedar con tus amigos o para cualquier cita, había que fijar lugar y hora de antemano. Incluso había sitios donde quedar. Sitios donde estabas seguro que podías ver a algunos de los tuyos. Un bar, una esquina, una cafetería, el frontis de una residencial… Ahora todo queda supeditado a la exactitud horaria que da el móvil o celular. Si quieres quedar con alguien: llamas, si quieres reunirte con tus amigos coordinas todo con mensajes. Si te atrasas mandas un mensaje de disculpa y listo…
Esos momentos tan propios de los ’90, cuando aún era un lujo tener celular, en que salías de casa sin haber hablado con nadie y llegabas a la plaza de tu barrio (la de Llo-lleo en mi caso) y veías caras conocidas han sido borradas de un plumazo. Se perdió la sensación de vértigo que se producía cuando doblabas por la esquina de la plaza y no estabas seguro de ver los rasgos distintivos de tus amigos… ¿Puede que ya se fueron? ¿Puede que no se juntasen ahí? Ahora, al más mínimo temor de hallarte sólo un sábado por la noche en medio de la nada, sólo tienes que hacer un clik en tu móvil…
¿Qué tiene que ver eso con Facebook? Pues ocurre que ya tengo 25 años y en mi vida he acumulado muchos amigos a los quienes no quiero por eso sino porque viví cosas con ellos. Experiencias.
Se dice (la verdad lo oí en la película Sand by my basada en la novela de Stefen King y donde salía un imberbe River Phonix) que los mejores amigos de tu vida son los que hacen cuando eres menor, infante o adolescente. No sé si en estos 25 años acumulé los mejores amigos de mi vida, pero si una gran cantidad de amigos y conocidos a los cuales estimo por algo simple: los vi crecer y ellos me vieron crecer.
Mucho de ellos se elevaron a una categoría donde la hermandad se antepone a la amistad y aunque ahora estoy lejos de la mayoría de ellos los añoro y los extraño (que no es lo mismo). Otros desaparecieron de mi realidad, pero no de mis recuerdos, y emprendieron su vida, y yo la mía, y las circunstancias difícilmente me permitan volverlos a ver. Ahí es cuando entra el azar…
Gracias a Facebook sé cómo está y que está Carola Muñoz en Canadá, Alejandra Álvarez en Chile o Astrid Bustamante en Ámsterdam. Sé que Sebastián Flores regresó a Chile (aunque eso ya lo sabía por mi madre). Todo ellos compañeros de colegio o instituto. Gracias a facebook volví a hablar con mi compañero de universidad Jaime Meneses y reanudé el contacto con mi primer y gran amigo español que tuve y que ahora está Londres, Carlos Miras…
En fin, suena bonito, es realmente satisfactorio.
Lo que la red me permite hacer ahora se lo está robando a la realidad tangible del futuro. La posibilidad que el azar me junte con esas personas se reduce un montón. Estaremos condenados a mantenernos en contacto (y me gustaría hacerlo) así que difícilmente se produzca un encuentro fortuito.
O pongámoslo desde otra perspectiva. Si se produce un encuentro, fortuito o programado, los temas de conversación se tornarán previsibles, pues medularmente sabras que ha sido de la vida de la persona en cuestión: sus viajes, sus trabajo, sus estudios, sus amigos, sus momentos alegres y no se producirá la sorpresa cuando me cuente que visitó China. Eso ya lo supiste gracias a facebook… Te sorprendiste antes, en la soledad de tu casa o en un ciber. Habrás visto las fotos de la muralla china, de la Plaza de Tiananmen o de la Ciudad Prohibida y te bastará con leer su descripción en el pide de la foto que explica, en nueve o diez palabras, un momento culmine de la otra persona.
En fin, esto es sólo una opinión. Quizás sólo quiero parir un pretenciosa destopía.

7 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con tu análisis. Me identifico contigo especialmente en el tema de los móviles. Desde que tengo uno (no hace ni 3 años, no te creas) me he vuelto absolutamente impuntual. ¡Muerte al móvil como excusa!

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  2. ... estoy harto de las nuevas necesidades adquiridas. Con el móvil siento, como decía Cortazar, que al final soy yo el poseído. No tengo uno sino dos, el personal y el del trabajo, y cada día tengo que preocuparme de su salud, de si tienen carga, de si hay cobertura en el bar, no sea que llamen. De si está en silencio, porque si no, no lo oigo, o de si no lo está, que voy a entrar en el cine. Pierdo con regularidad los contactos de amigos que vi hace apenas un mes cuando todavía guardo la primera agenda donde puse mis primeros teléfonos (¿quién diablos es esa gente?). ¿Y el messenger? ¿Siempre que aparezca conectado es porque quiero hablar? ¿con todos? Cada día pierdo más tiempo con esas necesidades adquiridas: los dos teléfonos, las cuentas de correo, los blogs de tus amigos “has leido la entrada de hoy” pues nop, “escribe algo huevón” ayyy! Con Facebook tres cuartas partes de lo mismo, “no me has contestado”, “no pensaba que eso era malo” te disculpas, absolutamente desconocedor de la educación on line. Todavía me preguntarán que porque no relleno el arial que tengo por Facebook… y es que, con todo lo que me supone al día ser sociable on line, he dejado de tener tiempo de vivir cosas para contar.

    Un abrazo hermano, se te añora... y no escribo más, que me están llamando al móvil.

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  3. Började skriva en kommentar här, men tog bort den igen eftersom den till slut blev längre än din blog. Bättre vi diskuterar temat, som jag för övrigt tycker är mycket intressant. Kan väl dock kommenterar att det idag är svårt att tänka sig ett liv utan mobil, men i och med det är det inte sagt att mobilen gjort livet lättare.

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  4. Pero vienen de puta madre para los ratos muertos del curro, eso no lo podeis negar...


    Chileno! Ve llenando la maleta de alcohol para cuando vengas!!

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  5. Benja, en cuanto tengo un tiempo leo tu blog, y que casualidad que hoy lo vi, estaba justamente creando mi cuenta en Facebook. Curioso lo que comentas de tu necesidad del blog, claro que la distancia tiene mucho que ver y por eso lo leo, de otro modo, nos veríamos las caras y beberíamos cerveza en largas conversas, pero leer lo que te ocure es una buena forma de saber cómo estas.
    El domingo recién pasado me encontré con Sebastián Flores en el Paseo Bellamar de San Antonio.
    Un beso graaaaande. Pauli

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  6. Hola Benja, tienes razon con lo de facebook, por un lado espectacular que te puedas enterar y mantener en contacto...por otro lado, ya no tengo que pensar "que estara haciendo Benja, donde estara? pero, asi es el espacio cibernetico...el msn, tu blog, o una cuenta en facebook...
    Aun pienso que hay ciertas cosas que una foto y su comentario en facebook no pueden transmitir. Creo todavia hay lugar para esa espontaniedad en persona de lo que hablas;-)
    besos y cuidate mucho!

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