Acá en España fue mínimo lo que se publicó sobre la muerte de la figura cada día más heroica de Matías Catrileo, el joven comunero mapuche que no renunció jamás a sus raíces a pesar de criarse en la urbana ciudad de Santiago y que prefirió seguir sus estudios en la región de la Araucanía, viviendo con otro iguales y comprendiendo lo que la mayoría de los chilenos nos ha costado entender: no somos occidentales, somos mapuches o mestizos, regidos eso si por una burguesía made in Europa que nos ha hecho creer que somos diferentes a los otro pueblos latinoamericanos… Racial y económicamente diferentes. Los “ingleses de Sudamérica”, los “jaguares”, los “democráticamente estables”. Todo caricaturas y falacias…
Catrileo murió por un disparo ejecutado por un carabinero mientras éste defendía un fundo que Catrileo y otros diez comuneros pretendían tomarse. El fundo en cuestión es de un empresario de origen alemán llamado Jorge Luchsinger Viliger quien, en una entrevista en El Mercurio, se refirió a las personas pertenecientes a la etnia mapuche en los siguientes términos: “El indio no ha trabajado nunca. El mapuche es un depredador, vive de la naturaleza, no tiene capacidad intelectual, no tiene voluntad, no tiene medios económicos, no tiene insumos, no tiene nada (...). Entregándoles tierras no van a dejar de ser miserables. ¿Ha visto los campos que les entrega la Conadi? No queda nada, ni un árbol, no producen nada”.
Triste, pero real.
Tampoco se ha publicado mucho sobre Patricia Troncoso la activista mapuche que lleva 108 días en huelga de hambre por ser procesada por la ley Antiterrorista, ley creada en los años de la dictadura y que los gobiernos de la Concertación no han arrugado la nariz para aplicar.
Y claro, es difícil que el imperio PRISA ose hablar mal de Chile (ahora menos, pero es PRISA quien marca la pauta informativa de las noticias que viene del mundo). De Chile, tras un año de la muerte de Pinochet, sigue siendo eso: la dictadura. Europa y el mundo son renuentes a enterarse que en el sur de Chile se están enfrentando visiones y ethos distintos, al margen de la constitución de un Estado, si bien no fallido –en este caso Chile- , pero que alberga una sociedad fallida y que tarde o temprano estallará…
Ante esta orfandad informativa ha sido www.youtube.com el ente por el cual he visto y sentido palpable el choque cultural que en Chile se niegan a ver y por el cual no dudan en minimizar la figura del antes nombrado Catrileo al que tachan de “joven inadaptado y punk” (otra vez El Mercurio, aunque en el arte de crear perfiles de Catrileo La Tercera no le fue en zaga). Varios videos circulan en la web que muestran las protestas que se han producido en Santiago por la muerte de Matías y la huelga de hambre de Troncoso, entre ellos una semblanza sobrecogedora sobre Catrileo publicada en castellano y en euskera. (http://www.youtube.com/watch?v=xB5buPlWIrI)
El fin de semana pasado visité Vitoria para ver a Bea. El sábado incluso fui por el día a San Sebastián. Por la noche, cuando íbamos a beber algo en un bar y conocer a una de sus mejores amigas, nos topamos con una gran pancarta convocando a una manifestación en apoyo a Patricia Troncoso y en memoria a Matías Catrileo.
No me enteré antes, fue a las 16:00 horas y en ese instante estaba en la playa de la Concha en Donosti…
Pero fue fulminante ver ese cartel en medio de la fría noche vitoriana. Quien se quiere enterar se entera y el que no, se censura. Esa fue la conclusión, a bote pronto, que saque al comprobar que en la capital del País Vasco se congregaban no más de 20 personas para protestar por sucesos que ocurrían miles de kilómetros lejos de ahí. Claro, los vascos sienten como algo personal cualquier presión a una etnia o “nacionalidad” diferente y enmarcada en un Estado mayor. No lo dudo, pero cuando Bachelet visitó Madrid por primera vez en su mandato –año 2006- las manifestaciones en apoyo al pueblo mapuche fueron notorias e incluso el escritor portugués José Saramago abogó por un mejor trato (y a Saramago no le podemos achacar una condición de nacionalista centrífugo, pues no oculta su deseo de una Portugal unida a España donde la capital sería Madrid).
Esta vez las voces han sido pocas en España...
¿Qué pasará si muere Patricia Troncoso?
¿Rebotará con fuerza en los ambientes socialmente comprometidos de las españas o quedará archivado en el inconsciente colectivo, como puede quedar archivado en la agenda setting de los medios españoles?
¿Qué pasará en las calles de Chile si eso sucede?
¿Su muerte nos ayudará a reaccionar, cómo la de Matías Catrileo ha ayudado para abrir los ojos?