13/2/08

Tricontinental...(Marruecos 1)

El mito dice que Chile es un país tricontinental.
Eso nos hacían creer algunos profesores de básica, eso se repetía solapadamente en la televisión y, bajo ese paradígma, la Armada chilena aspiraba a tener juridición en un extenso territorio marítimo que, en forma triangular, abarcaba desde Arica a Punta Arenas para llegar a la Isla de Pascua, último vértice de una fabulosa figura geométrica que aparecía proyectada en las mentes de algunos valientes Almirantes de principios de los '90, cuyo tufillo aún apestaba a los '80.
Chile= América del Sur.
Isla de Pascua= Oceanía.
La Antartida= pues eso... La Antartida.
Asumir que en rigor los kilometros cuadrados de Chile no son los 2 millones que aparecen en los Atlas impresos por el Instituto Geográfico Militar, esos que colman las biblotecas de los colegios, sino que son algo así como 750.000 -dato que reiterativo una vez zarpado de Pudahuel- fue un proceso duro, pero revelador. La Antartida nunca fue chilena y la leve soberanía de ese extenso territorio se sostiene con alfileres. La Gran Bretaña, con maneras tíbias y reservadas, porque venir al fin del mundo a demandar terruños aún trae recuerdos imperiales, reindicó hace poca la peninsula antartica -supuestamente chilena, supuestamente argentina- y de momento lo único que logró es que las diplomacias a ambos lados de la cordillera actuaran coordinadas.
En fin... el asunto no es ese. El tema es que en horas viajaré a Marruecos y podré decir con propiedad que he visitado tres continentes.
El concepto tricontinental se me vino a la cabeza y con el, de la mano, el recuerdo de aquellas “ideas fuerzas” que siempre nos repitieron. Uno no sabe de donde lo aprendiste, pero ahí están, dando vuelta en tu subconsiente y por eso me fue imposible separar una historia de otra: Tricontinental y Marruecos.
Y por lo mismo hago ese ejercío que antes efectué antes de ir a Suecia o Irlanda. Buscar cual es la imagen de Marruecos que daba vuelta en mi cabeza hace 10 ó 5 años. Una imagen matizada por el concepto de “frontera”.



El Reino Alaui en horas
El choque cultural está garantizado.
Si, es cierto. No hay duda, pero ese choque es permanente y reiterativo en los trenes de Madrid, donde conviven todas las nacionalidades inmigrantes en la España de este siglo (no me sorpenderé, creo, al ver a las mujeres con la cabeza cubierta).
Además, Casablanca y Marrakech, las ciudades que visitaré, son dos urbes enormemente turísticas. No como podría ser el caso de la escondida Agadir, última enclave antes de pasar al Sahara Occidental, Nación sin Estado, con poca prensa, pero con muchos adehrentes en el País Vasco...
No como podrían ser los barrios de los alrredores de Casablanca, los cuales hay que visitar con tino y coche alquilado y donde se cuece gran parte del movimiento integrista del Magreb no siempre vinculado a Al-Quaeda.
En Marruecos, al igual que cuando me adentré en la Ex-Yugoslavia, el éxtasis viene dado por la historia y no tanto por la cultura.
Un dato no menor. Mañana, después de 18 años, volveré a estar en un Estado dictatorial. Dictatorial a maneras occidentales claro está.
Pero luego de 16 meses viviendo en la “progre” España de Zapatero donde todo es posible, para bien o para mal (aunque las secretas ilusiones aún estan pendientes, porque más que mal España es una monarquía de aquellas) moverme bajo la férula de un estado policiaco tendrá, supongo, un morbo especial.
Y es que no es la posibilidad que te estalle una bomba islamista en Casablanca como ocurríó en el 2003, ni tampoco que te disparen una bala perdida como en la película Babel (el primer dato tristemente real, el segundo un tópico).
Tampoco es la visita, por primera vez en mi vida, a una Nación Islámica, donde todo tiene un cariz sagrado y legal y violar aquellas lógicas puede tener un costo.
No.
Lo que me trastorna a horas de viajar al Reino Alaui es observar ese límite impuesto por el desarrollo de dos maneras, igualitarias hace 500 años, pero enormemente diferentes en el ahora. Ninguna mejor o peor que otra. Ninguna con la salvación eterna asegurada. Pero es entre Ceuta y Gilbraltar donde se teje la esperanza de algunos y el desprecio y el miedo de otros.
Viajo a Marruecos a desconectar de la rutina.
Viajo a Marruecos para buscar más herramientas para comprender.

4 comentarios:

  1. Desde Chile, más o menos kilómetros se siente el fin del mundo
    saludos,,,desde acá
    Soledad

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  2. uy hermano, la última bomba en Casablanca no fue en 2003. Fue el año pasado: dos!

    ¿Vaso medio lleno o medio vacio? España es tan progre, que permitimos desde el matrimonio de homosexuales, hasta las monarquias parlamentarias... Derechos para todos, hasta para los Borbones... Ja!

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  3. Que sepais que los dos sois unos cabrones con vuestros viajecitos...

    ¬¬


    PD. Pasalo bien. Y traete algun recuerdo. Si vendes a Bea (te lo ofreceran...) puedes traerte bastantes cosas

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  4. A todo esto, te llego el mensaje que te mande?

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