
Bueno, eso en Irlanda, un país limitado en lo futbolístico, por lo que se entiende que en dos colosos como Italia y España la algarabía por el choque de cuartos de final de la Euro 2008 tiene un cariz más dramático, pero quizás menos histórico. De la historia grande, pues el tema del codazo de Mauro Tasotti a Luis Enrique en el Mundial de EE.UU. fue recurrente en las rotativas…
Y en definitiva la tuvo.
Y en medio del bar australiano una leve mayoría de italianos se enfrentaron, entre gritos y cánticos, a los aguerridos españoles convencidos que esta sería su oportunidad, su hora, el instante de cruzar el Rubicom y ser algo más que España, la siempre presente y perdedora España.
Más sin embargo, ante la mirada del neutral, la situación ahí en el bar, y en la proyección televisiva de la grada del Ernst Happel Stadium, no era halagüeña para los ibéricos.
¿Por qué?
No creo que sea sensato encarar un partido de tan alta envergadura y ante el actual campeón del Mundo, con el simpático cántico “alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual”. Antes de comenzar el partido la hinchada roja daba por perdido el partido anunciado que lo principal era la birra y no el pase a las semifinales del campeonato…
Esa disminuida presencia tras la ronda preliminar de canciones, se vio multiplicada a la hora de los himnos. Sabido es que la melodía nacional de España carece de letra y es una marcha militar cargada de un simbolismo político que no aúna a todos los españoles, por lo que en el momento de su ejecución la mayoría se concentró en pedir la segunda o la tercera… Muy por el contrario, el himno de Italia tiene letra, tiene historia y termina con la repeti

Insultos a la italiana
Y comenzó el partido y España fue tremendamente mejor. El once de Aragonés sabía que se jugaba la historia futbolística del país y eso se notó, aunque los seguidores italianos, sabedores a su vez del mezquino juego de la “Azurra”, entendían que en cualquier momento podían marcar y con eso se liquidaba todo… Pero aparte de lo que ocurría en el campo, los españoles de afuera comenzaron a imponer una tónica mejorada de sus arrebatos –dejando aparcado el “hemos venido a emborracharnos”- lo que se contrapuso a la banalidad itálica para insultar: El Niño

Semifinales.

Penales y ganó España. España está ad portas de ganar la Eurocopa. Ciertamente sería un avance. Quizás la constitución estatal de Italia tenga su bemoles tal como los tiene las españas contemporáneas (Italia, donde el norte y el sur chocan a diario), pero pienso que un título continental y/o planetario ayudaría a generar una mayor identificación por la selección nacional de fútbol español…
Ese equipo que todos quieren después del club de la Liga o incluso del club de la provincia. Ese equipo al cual los futbolistas vascos renuncian, ese equipo al cual acuden los futbolistas catalanes, pero se doblan las medias para tapar la bandera española de sus calcetines.

A fin de cuentas, en la super era de la globalización deportiva, la mayoría de los atletas profesionales tiene parecidos espacios para desarrollarse y es claro que un Pirlo no es mejor que un Frabregas... Pero es en el minuto 90, con el marcador en blanco, cuando los mitos históricos se agrandan. Por eso ganan siempre los mismos. Es por eso que Alemania está en la final.
Por eso si España gana esta Eurocopa en el futuro sabrá que representa.
Claro, si desde la galería se logra cambiar el repertorio tan curtido de canciones para apoyar al equipo.