A veces el recuerdo deja de ser el alma de la opinión para trasformarse en el cuerpo mismo. De esta manera se desvirtúa cualquier posibilidad de ser constante o cuasi-profesional en el pseudo-arte de mantener a flote un BLOG, por una razón fundamental: el pudor... Aquel “pre-moderno” sentimiento levanta los ánimos de la desidia y la abulia y ambas forman una cruzada contra la simpleza de trasmitir opinión. Los recuerdos aparecen y no lo puedo evitar por más que quiera y además, no los quiero dejar pasar. Menos cuando la nostalgia y España me evocan lo que soy y lo que no fui. Lo que puedo ser (aunque siempre guardaré las composturas, como mi amigo Milan Kundera demanda).
Benjamín Blanco Díaz
Ya no estoy en Aviles, ciudad portuaria del Principado de Asturias. Fui en un viaje relámpago que duró exactas 24 horas hace ya unas semanas. De hecho ahora estoy a bordo de un TALGO 200 con destino a Málaga, pero fue ahora, o más bien ayer tras conversar con alguien que sabe, que concluí que mis pensamientos, sensaciones y evocaciones de lo que pudo ser son certeros y en ningún caso menores...
Muchos de los que lean este BLOG (o mejor dicho los pocos que lo leen) sabrán que Benjamín Blanco Díaz, mi abuelo, nació en Infiesto, pueblo cercano a Piloña, pueblo, a la vez, cercano a Fresnosa, todos enclaves de Asturias. Emigró a América y llegó a Buenos Aires, pero, sin que yo tenga claridad al respecto, un contacto de él ya se había instalado en Chile y le brindaba cierta cobertura para comenzar una nueva vida allende Los Andes. Las razones del exilio no son otras que la pobreza que azotaba la región minera del norte de España. Mi abuelo tuvo la suerte, o la ocurrencia, de emigrar antes de que la Guerra Civil arrasara el país (más concretamente 1929, el año de la gran crisis mundial).
Se casó con una hija de emigrantes españoles (padre de Zamora, madre de Cataluña) y concretamente hizo la “América”. Con permanente boina calada nunca perdió el acento. Desde que tengo noción se celebraban en mi casa los 12 de octubres, una fecha tan ambigua, que para la colonia española en la provincia de San Antonio representaba tanto. Paseos al campo, tortilla de patatas, pesudo-paellas. Con la llegada del cable a mediados de los ’90, Antena 3 y TVE pasaron a ser los canales favoritos de mis abuelos.
Otro apunte: Mi padre vivió en España en los postrimeros años de Franco y una hermana mía nació en Madrid.
Puede que hasta hace unos días, concretamente desde que estuve en Aviles, España era Europa, era Fanny, era un roce académico, era conocer... Y claro, lo antes descrito, el vínculo sanguíneo con una tierra llena de mitos, leyendas, evocaciones tristes.Y es que mi abuelo antes que español era mi abuelo. Y mi padre, no sé porqué, era muy chileno, con un nacionalismo que yo estuve a punto de heredar y que talvez explica porque nunca mi hizo los trámites para recuperar la nacionalidad española, algo que ahora yo lamento... En definitiva, aquella ensalada de prejuicios era lo que representaba interiormente España para mi. Algo fuerte sin duda. Era evidentemente después de Chile el país más importante en mi vida.
Mapa de Asturias, la tierra donde nacío
mi abuelo.
Lo que pudo ser...
Pero en Aviles, en la Estación de Renfe de Aviles, tuve algo parecido a una epifanía. Vi a un tipo cercano a los 22 años vestido con chándal, gorro con visera, una polera deportiva. Alto, ojos café, pelo castaño, sin barba. Fumaba un cigarillo marca Fortuna. Lo acompañaba un chica guapa, pelo castaño, tez más blanca que él y también vestía modestamente, sin aspavientos. Parecía sumisa, pero, pude notar a cierta distancia que discutían siendo ella quien imponía mayor encono a las palabras. Luego llegó el tren, el apuro, el apremio. Los perdí de vista sin nunca saber el tema de la discordia.
El tipo no se parecía físicamente a mi. Tampoco sé cuales son mis gestos característicos, pero dudo que él los tuviera. Sin embargo, me vi reflejado en él y en todas sus desventuras y preocupaciones. En sus gozos y sus penas. Imaginé cuales podrían ser, concluyendo que podrían haber sido las mías.
Independiente del legado de mi madre y sus raíces alemanas, si mi abuelo no hubiera emigrado mi situación no sería muy distinta a la de aquél personaje. Hubiese sido un buen albañil, un buen mecánico. Quizás minero. O tal vez hubiese ido a la Universidad de Oviedo, pero seguramente no hubiese estudiado periodismo.
¿Chileno?
¿Y si mi abuelo se hubiese quedado en Mendoza? ¿Me pasaría la vida tomando mate y sería bueno para el fútbol? ¿Y si en vez de Chile mi abuelo hubiese elegido Venezuela como destino final? ¿O Cuba?
Soy una decisión del padre de mi padre. Soy hijo, no ya de la emigración, sino de la pobreza de España. ¿Entonces que tan chileno soy?
Mariano, mi querido amigo de la infancia, se define como chileno-llolleino y da en el clavo. El amor que él siente por ese pueblo (aunque ni siquiera es pueblo, pues pertenece administrativamente a San Antonio) es tremendo. La cara que tiene cuando lo veía bajar por avenida Providencia del brazo de su madre denotaba –y seguramente denota- una satisfacción tremenda que mi terquedad y mi crítica constante me hacían imposible sentir.
¿Dónde aparece el vínculo con Chile? ¿De donde surge o podría surgir la identidad de chileno que tengo?
Podría, sin lugar a dudas, decir que Llo-Lleo (y Santo Domingo, Cartagena, Barrancas) son mi patria y no algo tan grande y difuso que se llama Chile. Cuando la nostalgia invade mi habitación generalmente abre la puerta para recuerdos de mi niñez que son los recuerdos que realmente atesoramos (y es que los recuerdos posteriores, los de la mi época universitaria en la ciudad-Estado de Santiago, aún son y serán por mucho tiempo anécdotas). Todos esos remembranzas infantiles están relacionadas con los barrios antes descritos. No pienso en la bandera, en la cordillera, ni en la copia feliz del edén... Si en el paseo Bellamar, si en la playa de Las Rocas, si en Pelancura, si los block de Barrancas, si en el Parque DYR donde casi pierdo dos dientes tras caer de mi bicicleta, pero donde por primera vez toqué un par de tetas a mediados de los ’90 (con música de Nirvana, Pearl Jam y La Ley de fondo). Si pienso en la calle Santa Lucía, en Angámos, en el cerro del Cristo y en el sinnúmero de personas que me vieron crecer y yo vi envejecer.
Lo único claro es que Llo-lleo está en Chile. Y esa contención hace un link de difícil definición, pero que logra que me quede despierto hasta las 2 de la mañana para seguir a la gloriosa sub-20 en Canadá. Ese link y el nacionalismo que casi heredé de mi padre, resumen porque me da lo mismo si España pierde en cuartos de final, pero porque siento vergüenza y pena cuando a once borrachos le meten seis goles en la Copa América.
Todo me parece confuso. Estoy en plena búsqueda de mi identidad y espero, más temprano que tarde, encontrar esa definición, ese link que enlaza Llo-Lleo con Chile con Asturias. Algo no menor en los tiempos en que la globalización campea y devora las raíces histórica de los países imponiendo la visión de otros. O imponiendo una verdad global.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTen cuidado Benja, que por lo que dices te estas contagiando de mi y dentro de nada empiezas a pedir un Llo-lleo independiente :P
ResponderEliminarMuy bueno el post
Max, no sabes lo orgulloza primo que me siento al haber leìdo como aùn en tu corazòn arraigan tan bellos recuerdos. Esos son los que guardamos en el alma para toda la vida.
ResponderEliminarAunque no lo creas para mì tambièn cala muy hondo todos los lugares que nombras en tu escrito.
No sabes como anhela mi corazòn volver años atràs y poder revivir aunque sea por unos instantes esos paseos........cuando estabamos todos y eramos felices con esas tortillas de papas con chorizo y los asaditos del 12 de octubre. Desgraciadamente la vida sigue su curso dìa a dìa y de todo aquello...sòlo recurerdos.
Te quiero mucho, escrìbeme y cuidate.
Ana Marìa Bunster Blanco.
Lo primero de todo, es un placer leer tu diario.
ResponderEliminarAunque mi situación es distinta, me he sentido identificado en cierta manera con lo que escribes. Últimamente se han desatado en mí sentimientos y emociones hacia el terruño que nunca pensé que fuese capaz de sentir.
En Asturias la gente es bastante nacionalista, pero yo nunca lo he sido. El apego irracional por un trozo de tierra siempre me ha parecido absurdo... hasta que tuve que trasladarme a Madrid por motivos de trabajo.
Fue entonces cuando han empezado a surgir en mí esos sentimientos nacionalistas; pero son sentimientos sanos, de exaltación de lo bueno de mi tierra.
Pero lo más raro de todo es que también he empezado a sentir aprecio por el propio Madrid; una ciudad que siempre he despreciado por grande, saturada de gente, gris, sucia y sin mar. Y ahora me gusta.
No creo que sea algo que pueda racionalizar. Es la magia de los lugares comunes.
Un abrazo.
David, no hubiera podido expresar mejor lo que me ha pasado a mi.
ResponderEliminarTambien he vivido esa especie de transformacion, de no ser muy nacionalista a serlo mientras vivia en Madrid... al tiempo que empezaba a querer a Madrid.
Supongo que la capital tiene esa capacidad, la de hacerte revivir (y querer y valorar mas, con ello) los recuerdos de tu infancia al tiempo que te acoge, pues en Madrid nadie se siente extranjero, por mucho que algunos puedan pensarlo.
Por mi parte, sigo creyendo que lo que le falta a Madrid para ser perfecta es el mar.
PD. Perdon por las faltas ortograficas, escribo desde un teclado anglosajon
De amor y de casualidad dijo Jorge...
ResponderEliminarLas cartas, que tendría una hija y sería yo quien aprendería de ella
Que eras feo muajaja, pero eras bueno (falló)
Que me darías la tranquilidad que buscaba, que eras la templanza (falló mucho)
Que me acompañarías en esos múltiples viajes (mentira, eso lo inventé yo muaja)
A ver si aprovechas Cádiz
Gero arte
REALMENTE UNA MUY BUENA HISTORIA, COMO NO VOY A ESTAR CONTENTO DE SER LLOLLEINO SI EN ESE PUEBLO CRECI Y CONOCI A LOS MEJORES AMIGOS DE MI VIDA, HISTORIAS INOLVIDABLES, MÍ VIDA ES ESE PUEBLO, MIS RAICES ESTAN AHI Y NO EN SAN ANTONIO NI BARRANCAS SI NO EN ESE PUEBLO QEU AUNQUE ALGUNOS DICEN QUE ES UN PUEBLO FEO Y SIN FUTURO MUCHOS LO CONOCEN NO SOLO EN CHILE SI NO QUE EN EL MUNDO COMO LA CIUDAD DEL CORAZON WWW.LLOLLEO.CL
ResponderEliminar